Nuestra receta familiar, pasada generación tras generación, está hecha a base de vinagre, ají rocoto (el cual solo crece en Sudamérica, por lo general en las montañas), y otros ingredientes especiales como el repollo, dándole una textura única.
Es perfecto para acompañar comidas preparadas: Carnes, nachos y fritos. También es un buen sazón para estofados o frijoladas.